La condición insegura se genera por falta de decisión u omisión: negligencia, presupuesto insuficiente, mala gestión, indiferencia, desprecio por la vida…
El día 9 de octubre 2013, un transeúnte que circunstancialmente circula por la ruta nacional Nº151, observa llamas en la planta alta del pabellón Benigno Segovia de la Facultad de Ciencias Agrarias. De ahí en más, los bomberos trabajan arduamente para sofocar las llamas; mientras docentes, no docentes y estudiantes de la casa se hacen presentes para observar el lamentable panorama: tres oficinas/laboratorios totalmente destruidas y el resto de las instalaciones, afectadas por hollín y sin corriente eléctrica. Fue un cortocircuito lo que provocó el incendio. Hoy a 3 meses de los hechos, el edificio completo no se encuentra habilitado, allí funcionaban 13 oficinas de distintas cátedras, laboratorios, biblioteca, dos aulas, la fotocopiadora y la cantina.
El estudiantado en forma inmediata, dio muestra de solidaridad colaborando en la evacuación de la biblioteca y el secado de libros y revistas. Mientras que las autoridades de la casa, habiendo pasado casi 10 días de la tragedia, no brindaban información oficial a la comunidad local, lo que generó un escenario de gran incertidumbre entre el estudiantado en relación a la continuidad de los cursados.
Estudiantes, no docentes y docentes representados por los gremios, ATE, Centro de estudiantes y ADUNC, se movilizaron y el día 23 de octubre se realizó una asamblea inter-claustros con el objetivo de analizar la situación de emergencia suscitada. La concurrencia a la asamblea fue numerosa y además participaron las autoridades de la casa. Durante la asamblea se produjo un rico intercambio de opiniones, se manifestaron preocupaciones, en relación a la posibilidad de continuar con el uso de ese pabellón, no sólo por la falta de energía eléctrica y calefacción si no por la presencia de residuos volátiles, que se perciben en el ambiente. Se plantearon reclamos sobre el estado de las residencias estudiantiles, inseguridad en el ingreso al predio de la FCA, por ausencia de señalización, atenuadores de velocidad y/o derivadores de tránsito -recordamos que se encuentra sobre una ruta nacional-
Se logró la clausura del edificio, hasta la obtención de informes técnicos escritos que habiliten el uso y la convocatoria a una reunión extraordinaria de Consejo Directivo, para el tratamiento de la emergencia.
Frente a la necesidad de reprogramación de horarios y lugares de cursados,3 ADUNC puso a disposición de la Secretaria Académica el Salón que dispone en esa sede.
En septiembre de 2007 la Subgerencia de Prevención de la S.R.T., dependiente del Ministerio de Trabajo Empleo y Seguridad Social de la Nación, envió inspectores quienes realizaron un minucioso trabajo, en distintos edificios de esta universidad entre ellos las instalaciones de la Facultad de Ciencias Agrarias. Esto fue así, a raíz de la denuncia que efectuara ADUNC por condiciones de trabajo inseguras en un laboratorio de la Facultad de Ingeniería. En esa ocasión, labraron actas y en diciembre del mismo año enviaron a lxs Decanxs de distintas Facultades, informe pormenorizado de las deficiencias, solicitando elaboren propuestas de planes de mejora. En el 2010, hubo un compromiso de las autoridades de la UNCo y la FCA de asumir estos arreglos estructurales y de funcionamiento para que, integrantes de nuestra institución, pudiesen realizar sus tareas diarias en condiciones seguras. El incumplimiento de varios de esos compromisos, así como la excesiva demora en la concreción de los pocos que se han llevado a cabo, son determinantes para generar condiciones de estudio y de trabajo que atentan contra las más elementales normas de seguridad. Es así, que de manera cotidiana se pone en riesgo la integridad física de quienes estudian y trabajan en esos edificios. Es clara la vinculación de sucesos de esta naturaleza, con el evidente deterioro de las instalaciones en que nos desenvolvemos. Las condiciones edilicias son sumamente precarias, la falta de mantenimiento adecuado es una constante y las más elementales medidas de seguridad, que incluso las leyes vigentes exigen, brillan por su ausencia.
Las políticas del Gobierno Nacional que se materializan –impulsadas por Consejo de Rectores (CIN), y también a nivel local-, están restringidas a la capacitación, lo cual tiene implícito el supuesto de que falta conocimiento. Se le suma a esto, que el dinero necesario para realizar cursos, talleres y eventos, son insignificantes si se compara con los presupuestos necesarios para dotar de condiciones de trabajo seguras a las instalaciones.
La Universidad como institución pública estatal, que debe garantizar el derecho a la educación es constantemente sometida a la lógica empresaria: pareciera que pagar el seguro (de infraestructura y personas) es más barato que garantizar condiciones dignas de trabajo y estudio.
Desde ADUNC, seguiremos en la lucha por condiciones dignas de trabajo. Invitamos a la docencia universitaria a denunciar toda vez que considere que no están garantizadas condiciones dignas de trabajo.
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