Martes 1ro de octubre de 2013, por Fernando Schpoliansky / publicado por Agencia CTA.
* Secretario de Formación de CTA Neuquén
Días atrás el Gobierno Nacional anunció cambios en materia fiscal que reducen significativamente la porción de asalariados afectados por el Impuesto a las Ganancias y bajan el impacto del tributo sobre otro grupo de trabajadores.
Desde la CTA seguimos defendiendo la postura que el salario de los trabajadores en relación de dependencia no es una ganancia, y por lo tanto lo que no debe existir es el tributo en sí mismo.
También hay que aclarar que lo que hizo el Gobierno fue buscar la manera que los salarios menores a $15.000 brutos mensuales no paguen ganancias y lo hizo a través de la aplicación de una “deducción especial” y no a través del aumento del mínimo no imponible.
Esto tiene que ver con que el Gobierno no corrige el mínimo, y de esta forma el impuesto a las ganancias continúa ayudando a la caja.
La modificación impositiva que más relevancia tiene, por la cantidad de personas a las que beneficia, es la exención del Impuesto a las Ganancias para todos los trabajadores que hayan percibido como salario bruto hasta 15 mil pesos en promedio entre enero y agosto. Este cambio opera a partir de las remuneraciones que se cobran en septiembre, aunque fueran correspondientes a la labor realizada en agosto.
El corte del impuesto sube entonces desde 8360 pesos para el trabajador soltero y 11.563 pesos y para el casado hasta 15 mil pesos. El nuevo piso es para todos igual, sin importar el estado civil del trabajador, la cantidad de hijos que tiene o cualquier otra deducción posible.
El mecanismo a partir del cual se estableció la exención es el siguiente: existen tres rubros de deducciones al Impuesto a las Ganancias, la deducción por ganancias no imponibles (a), por cargas de familia (b) y deducciones especiales (c). El trabajador que hasta ahora pagaba Ganancias y cobra entre el mínimo no imponible (de 8360 para solteros y 11.563 para casados con dos hijos) y 15 mil pesos brutos, ahora verá incrementada la deducción especial por el monto que sea necesario según su situación familiar, conyugal y patrimonial, de modo que deje de pagar el impuesto. Es decir que no se aumentan todas las deducciones como sucede en los tradicionales anuncios de aumento del mínimo no imponible, sino que sólo suben las deducciones especiales en el monto que fuera necesario para establecer el piso de 15 mil pesos para cualquier trabajador.
Con esta medida, 1.298.383 empleados y 98.985 jubilados dejarán de pagar Ganancias, de un total de 1.497.368 personas. Eso implica que el universo de trabajadores que no están alcanzados por el impuesto se incrementó a un 89,8 por ciento (8.382.390 personas), porcentaje que se eleva al 99,3 por ciento de los jubilados (5.975.623 personas). El cambio en el impuesto exige un esfuerzo fiscal de 2581 millones de pesos hasta diciembre.
Por otro lado, para los salarios en bruto de 15.001 a 25 mil pesos, el Gobierno aumentó las deducciones del Impuesto a las Ganancias en un 20 por ciento, lo que reduce el monto que esos trabajadores deben pagar por el tributo. Por ejemplo, un soltero que recibe un salario de 18 mil pesos pasará de pagar 2027 pesos a 1577 pesos, un beneficio de 450 pesos, y un casado con dos hijos reduce su pago de 1216 a 708 pesos, una diferencia de 508 pesos. En tanto, un salario de soltero de 25 mil pesos deja de pagar 512 pesos, y un casado con dos hijos, deja de abonar 708 pesos.
La suba del mínimo no imponible para los salarios entre 15.001 y 25 mil pesos beneficia a 699.016 empleados, el 70,2 por ciento del nuevo universo de trabajadores que pagan Ganancias, y a 33.033 jubilados, el 83,3 por ciento de los jubilados afectados por el impuesto luego de la exención hasta los 15 mil pesos. El incremento del mínimo implica para el Estado dejar de percibir 1317 millones de pesos hasta fin de año.
Como no se modificaron los tramos ni las alícuotas del impuesto, surge una situación paradójica para los salarios apenas por encima de los 15 mil pesos. Un soltero con una remuneración de 16 mil pesos ahora pasará a pagar 1092 pesos de impuesto, lo que reduce su salario hasta los 14.908, por debajo del trabajador que cobra 15 mil pesos y no paga Ganancias por el nuevo piso establecido. De todas maneras, el trabajador que gana 16 mil pesos redujo su pago del impuesto de 1486 a 1092 pesos.
Para la región patagónica, que incluye las provincias de La Pampa, Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y la ciudad de Carmen de Patagones (Buenos Aires), la suba de las deducciones del Impuesto a las Ganancias es del 30 por ciento para toda la escala, sin el límite de los 25 mil pesos. Eso permite que 115.947 de los 226.214 empleados y jubilados que pagaban Ganancias dejen de hacerlo. Implica para la AFIP dejar de recaudar 217 millones de pesos. Junto a los anteriores beneficios, supone un costo fiscal total de 4115 millones de pesos hasta fin de año.
Resumen:
Hasta $15.000: No se modifica el mínimo no imponible ($8360 para solteros y $11.563 para los casados con dos hijos), pero se aplicará una nueva deducción especial a partir de septiembre. Debido a esta medida, dichos salarios no tributarán Ganancias. Entre $15.001 y $25.000: El mínimo no imponible sube 30% por trabajar en la Patagonia. Quedará en $10.433 para solteros y $14.430 para casados con dos hijos. Más de $25.000: No habrá cambios en el impuesto a las Ganancias. El mínimo no imponible que se utiliza como base de cálculo seguirá en $8360 para solteros y $11.563 para casados con dos hijos.
Asignaciones Familiares: Los topes salariales para percibir asignaciones familiares tendrán un incremento del 78,5% a partir de setiembre. Los topes, que son hasta el momento de $8400 por cada cónyuge y $16.800 pesos por grupo familiar, subirán a $15.000 y $30.000, respectivamente.
Como se financia:
El Poder Ejecutivo giró al Congreso la propuesta para financiar el bache en la recaudación que, a su juicio, se producirá una vez que estos beneficios entren en vigor este mes. Según el Gobierno, el impacto fiscal será de $ 4500 millones, que espera cubrir con dos nuevos impuestos, el que grava con un 15% la compraventa de bonos y acciones que no cotizan en Bolsa, y otro que grava en un 10% el cobro de dividendos de empresas.
Con la creación de los dos nuevos impuestos se castiga a las pymes y se beneficia a las grandes empresas que cotizan en Bolsa. El Gobierno prevé recaudar así unos $ 2100 millones, menos de la mitad de los $ 4500 millones.
Conclusiones:
Positivas: 1. Implica la mayor suba desde que Cristina Fernández es Presidenta de la Nación. Debemos tener en cuenta que con una inflación real de un 75% en los últimos tres años, el atraso en la actualización del mínimo era del 50,5%, pues se ajustó un 16.9 en enero y las exclusiones del aguinaldo representaron una actualización del 7,6%. Por ende, para aquellos que ganan en bruto 15.000 pesos mensuales, el ajuste anunciado retorna las cosas al año 2010, significando ello un reconocimiento importante.
2. Para quienes ganan entre 15.000 y 25.000 el ajuste será del 30% (zona patagónica), que sumado a los ajustes ya mencionados implicaran una suba importante, aunque tendrán un atraso inflacionario no reconocido en el MNI de los últimos tres años de aproximado del 30,5%. Aunque insuficiente implica un reconocimiento de que los costos de vida de la Patagonia son más altos, y por ello el impuesto debe reconocer dicha diferencia.
Negativas:
1). No sube el Mínimo no imponible sino que se aplica una “DEDUCCION ESPECIAL”. En caso de quitar esa “deducción”, regresaríamos al mínimo no imponible anterior.
2. No se tocan las escalas del Art. 90. El Estado sigue sin mover las escalas que por ley se deben actualizar anualmente. El retraso en las mismas es de 13 años, siendo el atraso mayor a un 500%. La consecuencia de ello es que muchos trabajadores seguirán pagando alícuotas demasiadas altas, que son desproporcionadas con respecto a lo que pagan las empresas.
3. No se incorpora un deducción especial por zona desfavorable, que afecta sobre todo a los trabajadores de la Patagonia, que ganan nominalmente más, y que tienen un costo de vida nominalmente más alto, provocando esto que el impuesto los afecte de manera agravada.
4. No se discute quien debe aplicar la ley para que exista un sistema de actualización automática del MNI y las escalas del impuesto a las ganancias. La determinación del impuesto sigue siendo un favor presidencial y no algo que surja del cumplimiento de la ley. Tiene más que ver con un modelo tributario medieval que con uno que surja del principio del legalidad.
5. No se discute el sistema tributario argentino, que ejerce una presión tributaria muy alta sobre la masa salarial (los trabajadores) y más liviana sobre la tasa de ganancia del capital (las empresas) y los grandes capitales (bienes personales).
Al no ser un anuncio que establezca un sistema de actualización automática del MNI y al no tocarse las escalas, el mismo resulta insuficiente.
Aunque el anuncio es importante, lamentablemente el gobierno no se muestra dispuesto a discutir y redefinir el sistema tributario argentino en su conjunto, donde el 10% de la población más rica se lleva el 37% del PBI y tiene una presión tributaria menor que la que soportan los trabajadores; o donde el IVA está entre los más altos del mundo e incluye a los alimentos de primera necesidad.
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