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Documento de afiliadxs AUSMA por el izamiento de la bandera mapuce.

Desde ADUNC compartimos algunas reflexiones de Docentes e investigadores, afiliadxs de ADUNC AUSMA, con respecto al debate del izamiento de la bandera mapuce –wenufoye- en San Martín de los Andes.

 

wenufoye“El pasado 12 de octubre con motivo de recordarse el día del Respeto a la Diversidad Cultural, una fecha que remonta originalmente a un supuesto descubrimiento de un mundo social y cultural, exterminado en nombre de un nuevo orden económico y político, y ante la propuesta de izar en la plaza San Martín la bandera mapuche «wenufoye» como forma de reconocimiento y reivindicación, en San Martín de los Andes se abre un proceso de discusión y debate sobre la identidad étnica de nuestra localidad, en tanto sujetos sociales de un colectivo comunitario.”

 

Un interesante material para el análisis.

 

YO QUIERO A MI BANDERA….1

Con motivo del izamiento de la bandera mapuche «wenufoye» en el centro cívico de San Martín de los Andes.

Docentes e investigadores de la Universidad Nacional del Comahue deseamos hacer públicas algunas reflexiones sobre las ideas de reconocimiento, respeto, integración y diversidad que deberían prevalecer en una localidad que se autodenomina intercultural.

San Martín de los Andes es el centro turístico más importante de la Provincia de Neuquén y uno de los más reconocidos de la Patagonia, y desde sus orígenes estuvo relacionado con la dominación y relocalización de los integrantes de los diferentes grupos indígenas, como resultado de los tramos finales de la denominada Campaña del Desierto.

Con la apropiación y distribución de los territorios del valle del Lácar, el Estado Nacional luego de las sucesivas campañas militares a fines del siglo XIX y con la consolidación de Parques Nacionales en la década del ´30 del siglo siguiente, les reasignó a las poblaciones mapuche que lo habitaban con anterioridad en lo que hoy es el casco urbano de esta ciudad cordillerana, los territorios sobrantes o marginales para el desarrollo de las actividades productivas de subsistencia.

En la segunda mitad del siglo XX y con la provincialización de Neuquén, en especial a partir de la década del 70, la intervención del Estado Neuquino se hizo más sostenida sobre esta localidad y toda la región, al implementarse políticas públicas de base e impronta desarrollista, al transformarse San Martín de los Andes en un lugar turístico. Entonces aquellos espacios territoriales anteriormente concebidos como improductivos asignados a los pobladores mapuche, comenzaron a tener un alto valor paisajístico y por lo tanto turístico – inmobiliario, al convertir la naturaleza y el paisaje con sus habitantes en atractivos turísticos y en un recurso económico.

Con su reposicionamiento etnopolítico y social desde finales del siglo pasado, y a favor de los vientos de una mayor aceptación de la diferencia y la diversidad de género, sexual, religiosa y étnica, las comunidades indígenas en nuestro caso el pueblo mapuche, han obtenido una mayor presencia y reconocimiento reivindicativo en lo territorial – cultural. Y en el caso particular de San Martín de los Andes, una impensada visibilización como consecuencia de la expansión turística sobre su territorio y la conflictividad resultante en la disputa sobre su apropiación y la renta resultante, como es la situación del Cerro Chapelco.

San Martín de los Andes se hace eco de las ideas de reconocimiento, respeto, integración y diversidad de una localidad autodenominada “intercultural” en los primeros párrafos de su Carta Orgánica, pero en definitiva solo incorpora y se apropia de elementos aislados de “lo mapuche” (simbología, nombres, mitos y leyendas) a los efectos promocionales, para otorgarle aquellos rasgos nativos y “étnicos” para condimentar los diversos productos turísticos ofrecidos.

El pasado 12 de octubre con motivo de recordarse el día del Respeto a la Diversidad Cultural, una fecha que remonta originalmente a un supuesto descubrimiento de un mundo social y cultural, exterminado en nombre de un nuevo orden económico y político, y ante la propuesta de izar en la plaza San Martín la bandera mapuche «wenufoye» como forma de reconocimiento y reivindicación, en San Martín de los Andes se abre un proceso de discusión y debate sobre la identidad étnica de nuestra localidad, en tanto sujetos sociales de un colectivo comunitario.

Decía Hobsbawn (1972), que “existe una función social del pasado” que se relaciona con el presente, que esta misma línea de pensamiento Balazote (2009) cita en su publicación “Los Nostálgicos del Desierto”. Son en estos momentos que se vuelve a actualizar las consecuencias del proceso histórico – social de constitución y localización de las comunidades mapuche, post – fundacional de un destacamento militar encubierto como pueblo de frontera denominado San Martín de los Andes: un pasado que se hace presente en cada reivindicación étnica.

 

En cada oportunidad que las poblaciones mapuche se presentan a la opinión pública asociadas a situaciones de conflictividad -toma de tierras, recuperación territorial, cortes de ruta-, sectores públicos y privados en un contexto mediatizado por el turismo, aprovechan para reproducir estereotipos y prejuicios, que se visibilizan en momentos de tensión ante reposicionamientos étnicos – identitarios de base territorial.

No deja de sorprender sin embargo, la manipulación errónea e intencional de conceptos y categorías que son utilizados de manera explícita para denostar, justificar y finalmente generar un discurso que intenta colocar nuevamente un debate acerca de un modelo único y homogéneo de nacionalidad, patria, estado,territorio e identidad.

 

Son en estos momentos cuando las acciones reivindicativas de los grupos indígenas renuevan aquellos preconceptos racistas de una parte de la sociedad, expresando su violento rechazo ante los conflictos étnicos y de clase.

 

Los pueblos originarios en América latina de manera contra-hegemónica a la globalización de los años ´80 y ´90, y en particular el Pueblo Nación Mapuche, han dado suficientes ejemplos de lucha por sus derechos; pero en especial por demostrar su existencia viva y dinámica bajo una idea de nación, como un grupo social conformado por personas de un mismo origen étnico que comparten una historia, una cultura, un territorio y una vida colectiva en común, pero principalmente que se adscriben y tienen conciencia de pertenecer a un mismo pueblo o comunidad.

Dos realidades conviven y se rechazan en esta localidad turística: una destinada a mostrar una imagen libre de problemas, preparada para satisfacer al visitante en un ambiente armónico con la naturaleza y, otra conformada por un sector social invisibilizado y negado, perteneciente a la etnia mapuche, pugnando por la apropiación, valorización y gestión de los recursos y de su territorio.

La sociedad en la que habitamos y fundamentalmente nos desarrollamos es “este territorio”, entendiéndolo como un espacio socialmente construido (Manzano, 2005), para lo cual muchos entendimos, comprendimos y por sobre todo (des)construimos, una mirada basada en la historia oficial, hegemónica y dominante cimentada sobre despojados y dominados.

¿Cuáles son los verdaderos motivos que llevan a cuestionar sus reclamos territoriales y ejercicio de

derechos, por parte de los integrantes del cuerpo legislativo, algunos con intensiones de ejercer cargos ejecutivos, manipulando y negando conceptos consagrados con rasgos constitucionales?

O dicho de otra manera, que supuesto creen interpretar cuando cuestionan por ejemplo:

Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas…” “Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación intercultural….” (Art. 75 – Inc. 17 – Constitución Nacional).

“La Provincia reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas, como parte inescindible de la identidad e idiosincrasia provincial. Garantiza el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural.” (Art. 53 – Constitución Provincia del Neuquén).

O más claramente en el marco de la ley 24.071, ratificatoria por parte de la República Argentina del Convenio 169 Organización Internacional del Trabajo, cuando declara:

Articulo 1. “El derecho a ser reconocidos como pueblos dentro de un Estado, con identidad propia y con derechos que se derivan de su presencia histórica y contemporánea. El Convenio dispone que la conciencia de su identidad indígena deberá ser considerada como criterio fundamental. Es decir, ningún Estado o grupo social tiene el derecho de negar la identidad que pueda afirmar un pueblo indígena y sus miembros.”

 

¿Cuáles son las intencionalidades de ser tratados como “traidores a la patria”, ante un acto de profundo carácter simbólico como es el izamiento de un elemento representativo de la cultura mapuche en la plaza principal y centro cívico de San Martín de los Andes, un territorio declarado municipio intercultural, en un país que se reconoce como pluriétnico?

No podemos desconocer que en tiempos preelectorales se expresan sentimientos encubiertos, que tratan de restablecer el orden y la relación de sometimiento ante las aspiraciones de los pueblos indígenas de asumir el control de sus propias instituciones, formas de vida y de su desarrollo económico y, a mantener y fortalecer sus identidades, lenguas y religiones, dentro del marco de los Estados en que viven. (Convenio 169 – O. I. T.)

Esta localidad patagónica que ha incorporado a su imagen turística lo mapuche apropiándose de esta cultura como recurso turístico, desde una visión ahistórica despojada de toda connotación social y política, se niega a aceptar las razones y consecuencias de un etnocidio que perduró y se acentuó durante todo el siglo XX, evidenciando que la “interculturalidad” es una construcción social pendiente.

San Martín de los Andes, noviembre de 2014.-

 

Marcelo Impemba

María Graciela Maragliano

Gabriel Stecher

Acerca de adunc
Asociación Docentes Universidad Nacional del Comahue (ADUNC).

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