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Editorial: Los desafíos persisten y la lucha continúa.

Durante este año, la docencia universitaria libró una lucha para alcanzar la reapertura de la negociación salarial de 2012. Esto finalizó con el peor acuerdo paritario del sector público –suscripto en abril de 2013 por el gobierno, los rectores y las burocracias sindicales obsecuentes (FEDUN, CONADU, FAGDUT, CTERA y UDA)-, que pretende instaurar los acuerdos salariales por 16 meses.

 

Parte de esta lucha, es la que llevamos adelante por conquistar: el salario testigo igual a la media canasta familiar, la derogación definitiva del impuesto al salario y los topes a las asignaciones familiares.

 

La Conadu Histórica, a través de su Plenario de Secretarios Generales, se opuso a las paritarias de 16 meses y en particular, al acuerdo salarial vigente, llamando a la docencia de las universidades nacionales, a movilizarnos por la reapertura de las negociaciones salariales. Además de los miserables aumentos que ya cobramos, hasta el mes de Junio de 2014, sólo recibiremos un incremento de un 7% en enero. Estos aumentos, referidos a salarios de hace 10 meses, serán menores que la inflación que publica el gobierno por medio del INDEC.

 

Ante nuestro reclamo, para evitar la caída del salario real, el gobierno ha manifestado, una y otra vez, tanto en 2012 como en 2013, su negativa a la reapertura de la negociación salarial.

 

Estas reivindicaciones esenciales, se complementan con el reclamo creciente por la estabilidad laboral, que ponga a fin a los interinatos permanentes, los contratos basura y el trabajo gratuito. Debemos terminar con la marginación de nuestro sector, ya que 150 mil docentes de las universidades nacionales, carecemos de un Convenio Colectivo de Trabajo único y de aplicación obligatoria en todo el país.

 

En este sentido, venimos exigiendo la inmediata puesta en vigencia de los acuerdos paritarios sobre “Licencias” y “Seguridad e Higiene”, y la continuidad de las negociaciones para alcanzar el CCT para los y las docentes dependientes de las universidades nacionales.

 

La universidad es, sin duda, el paraíso de la flexibilización laboral, donde hay trabajadores/as que no cobran (ad honorem), se mantienen contratos por cuatrimestre, se apela al monotributo y el interinato de nuestras designaciones, situaciones que se convirtieron en moneda corriente, al abarcar a más del 75% de la planta docente. La respuesta de la mayoría de los rectores y de la Secretaría de Políticas Universitarias, es que sigamos en esta situación. La voz cantante, entre todos ellos, la lleva Juan Carlos del Bello (actual rector de la Universidad Nacional de Río Negro), el mismo que impuso la Ley de Educación Superior en los noventa y que el actual gobierno nacional, mantiene vigente.

 

En materia presupuestaria, el gobierno aplicó un virtual congelamiento en 2013 y preanuncia uno similar para 2014, manteniendo de esta forma, la política vigente (de ajuste) y de disciplinamiento de las autoridades universitarias. El presupuesto de las UUNN sirve sólo para pagar los salarios de docentes y no docentes, ya que a ello se destina por lo menos el 90% de los recursos asignados a las universidades.

 

Como vemos, la política del gobierno y los rectores, con el acompañamiento de las burocracias sindicales adeptas, es todo un programa contra la universidad pública, de defensa de la LES y las políticas de mercantilización, de ataque al salario, el CCT y la estabilidad; manteniendo la precarización y el trabajo gratuito.

 

En el plano local, la no sustanciación de los concursos y/o su falta de respeto a las normas, los pagos a destiempo de los salarios, la discontinuidad en las re designaciones de los interinos, las maniobras legales para no realizar las paritarias locales, la ordenanza 1048 (entre otras), son claros ejemplos de las acciones concretas desplegadas para intentar intimidar a los/las docentes y regimentar la vida universitaria.

 

Estos mecanismos se complementan con el intento de soborno, por parte del gobierno nacional, a las cúpulas sindicales de las federaciones, por medio de los llamados fondos de solidaridad y los fondos de capacitación. Estos fondos se perciben sólo si se suscriben, en un todo, las condiciones salariales a la baja. Con esto, y olvidando las condiciones laborales de trabajadores/as, se han comprometido las burocracias de los gremios, que firman a libro cerrado con el gobierno y las patronales universitarias.

 

Ante este programa del gobierno y el CIN, debemos redoblar nuestro compromiso en defensa de nuestras reivindicaciones y de la propia universidad pública.

 

Las medidas de lucha llevadas adelante (paros, carpa frente al Ministerio, jornadas de difusión, publicación de solicitadas nacionales, afiches y comunicados), son la expresión concreta del repudio a esta accionar del gobierno y las otras federaciones docentes.

 

Pero aún, no hemos alcanzado a desarrollar una acción sistemática, en todas las universidades del país, y con el conjunto de los/las trabajadores/as docentes–cualquiera sea la federación a la que esté adscripto/a-, que ponga en pie un movimiento nacional que derrote las políticas salariales, presupuestarias, de acreditación y laborales vigentes.

 

En este sentido, que nuestra Federación haya suscripto un acta que daba legalidad y vigencia a la firmada por el gobierno y las burocracias sindicales adeptas, ha sido un grave error que atenta contra el desarrollo del movimiento docente. Este contenido responde a los dictados del gobierno y es contrario al pliego votado unánimemente por nuestra Federación.

 

La CONADU Histórica debe recuperar su lugar como organizadora colectiva del movimiento docente, a través de campañas sistemáticas que lleven la deliberación a todas las aulas, laboratorios y talleres de cada universidad, cualquiera sea la federación en la que se enrole, proponiendo a la docencia universitaria, la resolución colectiva para determinar los pasos a seguir.

 

Asimismo, el gobierno mantiene sobre nosotros/as y el conjunto de los/las trabajadores/as, su política de confiscación salarial por la aplicación del impuesto a las ganancias sobre los salarios y el tope en el pago de las asignaciones familiares. Contra estas políticas, hemos participado de todas las luchas, movilizaciones y paros generales que llevó adelante la CTA y hemos propuesto, un accionar permanente y sistemático del conjunto, como el camino más idóneo para alcanzar estas reivindicaciones que se han transformado en un reclamo popular.

 

Es así que los últimos días del año, nos encuentran nuevamente movilizados con un pliego de reclamos y reivindicaciones, que se sintetizan en la consigna “A más Ajuste y menos Derechos… más Lucha”, que nos unifica ante los gobiernos provinciales y nacional, luchando por:

  • Bono de fin de año de $2000.
  • 82% móvil para todas las jubilaciones
  • Salario Mínimo, Vital y Móvil de $7000
  • Basta de Precarización Laboral
  • Planes Sociales = Salario Mínimo, Vital y Móvil.
  • Unificación de las Asignaciones Familiares
  • No a la criminalización de la protesta social
  • Derecho de Huelga irrestricto
  • No al Código Civil discriminatorio y reaccionario
  • Libertad y democracia sindical
  • En defensa de nuestros bienes comunes, entre otros puntos

 

En vista a como estamos cerrando este 2013, nuestros salarios y el CCT van a ser las reivindicaciones centrales con los que iniciaremos el año próximo, reclamos que deberán ser acompañados por un Plan de Lucha contundente de toda la docencia universitaria.

 

 

Acerca de adunc
Asociación Docentes Universidad Nacional del Comahue (ADUNC).

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